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Historia del Motor Stirling

El motor Stirling (o motor de aire caliente, como se le conocía anteriormente) fue inventado y patentado en 1816 por el reverendo escocés Robert Stirling. Su objetivo principal era crear una alternativa más segura a las máquinas de vapor usadas a principios del siglo XIX, las cuales eran poco fiables; sobre todo porque sus calderas explotaban frecuentemente, causando graves lesiones a quienes se encontraban cerca. El motor inventado por Stirling fue ideado para funcionar a presiones relativamente bajas sin correr riesgo de explosión, utilizando solo aire u otros gases como medio de trabajo; ofreciendo así mayor seguridad.
Reverendo Robert Stirling. Imagen provista en commons.wikimedia.org
Copia del dibujo original en la patente de 1816 del Motor Stirling (clic en la imagen para ampliar).
En trabajos posteriores, Robert Stirling y su hermano, el ingeniero James Stirling, llevaron a cabo varios intentos de elaboración de un motor de aire que tuviera una aplicación útil; pero probablemente, fue en 1818 que lograron construir el primer motor Stirling de uso práctico, el cual utilizaron para accionar una bomba de agua en una cantera.
El Motor Stirling, además de ser seguro y confiable, resultó ser muy eficiente y económico ya que presentaba un alto rendimiento térmico; generando mas trabajo con la mínima cantidad de combustible y emitiendo bajas cantidades de residuos contaminantes; incluso, podía funcionar con cualquier tipo de combustible. Gracias a éstas características, los Motores Stirling se hicieron muy populares hasta finales del siglo XIX; siendo utilizados con frecuencia en otras aplicaciones tales como, bombas de aire, ventiladores, centrifugadoras, mezcladoras, y otras maquinarias pequeñas que requerían de baja potencia.
Sin embargo, a pesar que el rendimiento de los motores Stirling era superior al de los motores de vapor; nunca llegaron a sustituir a los motores de vapor en maquinarias que requerían de alta potencia. Esto fue debido a que, para maximizar la potencia, los motores Stirling necesitaban funcionar a temperaturas muy elevadas; lo cual era imposible por la poca resistencia a altas temperaturas que tenían los materiales de la época. Además, debido a su diseño, la mayoría de las piezas del motor Stirling quedaban expuestas al calor (en el motor a vapor solamente su caldera estaba expuesta), lo cual provocaba fallos por sobrecalentamiento cuando se excedía la temperatura. Más adelante, con el avance tecnológico y las nuevas mejoras en el diseño de los motores de vapor, el motor Stirling fue quedando poco a poco en desuso hasta quedar obsoleto; y con el paso del tiempo fue quedando casi en el olvido.